IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS A SAN FRANCISCO DE ASÍS.

ORACIÓN MÍSTICA Y EXPERIENCIA DE DIOS.

 1.-CONTEMPLACIÓN Y SILENCIO MENTAL

 Según quedó dicho en el tema anterior, la oración mística es la segunda clase en la que podemos agrupar las distintas especies de oración.

            A  la misma pertenecen varias de las nombradas por el maestro  Ávila: “oración de simple mirada”, de “recogimiento”, de “ unión”, formas más o menos emparentadas con la contemplación, de ella nos ocupamos para comprender lo que es la oración mística y la contemplativa más en particular.

            La primera nota que caracteriza la contemplación es la ausencia de los factores que integran la oración dialogada:

…faltan las palabras, tanto las exteriores como las interiores”( Carta 5) Por lo mismo en ella el orante no habla con Dios, no le dice nada en el sentido más literal del término, pues en esta situación: “ no hay palabras y si las hubiera serian bajas” ( Plá. 3ª. ) “ estorbo son las palabras” certifica Juan de Ávila,( ibidem)

  ESTORBO SON LAS PALABRAS.

                 Junto a la inexistencia de la comunicación hablada bien sea vocal o mental, se subraya el silencio e inactividad de la imaginación. La multitud de imágenes que espontáneamente brotan en la oración no contemplativa, al hilo de las reflexiones e ideas en torno a la divinidad, cesan, pues como dice el santo “ el entendimiento obra poco o nada” (Plática 3ª) Para entrar en contemplación es necesario “cerrar el entendimiento a todo aunque siempre está como acechando el entendimiento” por lo que es preciso que no haya ningún esfuerzo en lo que se está haciendo “ pues por advertir a las reglas de la oración, pierde la oración” ( Ibidem)

            Negativamente hablando la contemplación se describe como un silencio total de la mente que permanece “en sosiego” habiendo cesado toda la actividad reflexiva y de la imaginación.” Es un silencio en Dios” que dice el santo, quien hace de este silencio mental un factor básico de la oración contemplativa:

            “ Tenga… cuidado de guardar el alma limpia de imaginaciones desaprovechas y pensamientos mortecinos, para que no impidan la secreta habla con el Señor, que pide silencio con las criaturas; porque hablar a ellas y a Él es imposible. A san Agustín le parece que para la perfecta oración debe el alma callar aún a sí misma, y un viejo de los padres dijo”: Non es perfecta oratio monachí quando monachus quod orat inteligit, no es perfecta la oración del monje si entiende lo que ora”( Ibidem”

 2.-UNA CONCIENCIA DESPIERTA EN CONTACTO DIRECTO CON LA REALIDAD.

  Juan de Ávila, pensando en los “ dejados” de su tiempo se apresura a observar, de que no se está en un estado de semi-inconsciencia o inactividad de la conciencia:

“ Han pensado algunos que este negocio de orar se hace aflojando y no haciendo nada, por el contrario está muy lejos de aquella mortandad y flojura” pues a pesar del sosiego de la mente “ está el ánimo muy fuerte y fornido en ella”( Plá. 3ª)

            ¿ Cómo concebir esta conciencia despierta y sin embargo vaciada y reducida al puro silencio? ¿ Una mente donde se puede perder la percepción del propio cuerpo y del paso del tiempo?

            Al intentar explicar positivamente el estado en que se halla la mente, se subraya la dificultad para encontrar palabras apropiadas, se recurre por ello al ejemplo y a la descripción simbólica:

   ES COMO QUIEN ABRAZA A UN AMIGO A OSCURAS…

“…es como el que abraza a un amigo a oscuras, no echan de ver el traje”, es decir, es un conocimiento inmediato y directo del objeto contemplado semejante a la cercanía que se da cuando uno abraza a un amigo en la oscuridad, sin ver el traje mediador de los conceptos e ideas que lo recubren.

            San Juan de la Cruz viene  decir prácticamente lo mismo cuando lo explica como un estado “ de inteligencia pura” de puro entender: “con esencia pura y desnuda del alma que es la boca del alma en amor de Dios” ( Sub. II,II y cap.II, 16, nº 9)

            La espiritualidad del recogimiento, característica del siglo XVI y que Juan de Ávila refiere y aprovecha en muchas ocasiones, habla de una unión con Dios que se lleva a cabo “ en el centro del alma, o sustancia de sí” y que requiere un  esfuerzo de “ recogimiento” de todas las pontencias en su proceso de reducción, simplificación y reunificación en la esencia del alma.

 UNION PREFERENTEMENTE AFECTIVA.

              El objeto al que se une la conciencia de este modo directo es Dios: “ es un silencio en Dios”, inactivo el entendimiento, la conciencia queda como suspendida “ con gran atención viva a Dios”( Plat. 3ª)

            Al describir como se lleva a cabo la unión entre la mente así de silenciosa y Dios, hallamos otro factor de la oración contemplativa, según Juan de Ávila quien lo explica como una unión más afectiva que intelectiva. Sin que ello signifique que no se produzcan efectos de orden cognoscitivos. “ Y así en el recogimiento y recogido, aunque el entendimiento obra poco o nada, la voluntad está obrando con gran viveza, y Amat fortiter” ( Ibidem)

 EL ÉXTASIS DE SANTA TERESA. BERNINI.    

                Es una unión por amor, los ejemplos que pone el santo van por ese camino:” Hacen el alma y Dios unas bodas que no se pueden decir”( Plat. 3ª) , o como había dicho anteriomente: “ es como el que abraza a un amigo y no le dice palabras, no echan de ver el traje”( Plat. 3ª)

            Este tipo de unión es la que determina que en la oración mística Dios no sea vivenciado como interlocutor con el que se dialoga, sino como centro, fundamento “ piélago y abismo” en el que el alma está metida, tal unión tiende a la identificación a la transformación en Dios:

            “ Oh si comiésemos, oh si nos transformásemos , oh si nos hiciésemos un espíritu con El.” ( Carta 64)

            En este estado de unión de naturaleza afectiva, se ve ilustrado el conocimiento pues se adquiere sabiduría y conocimientos sobre Dios. San Juan de Ávila recurre a un texto del Pseudo Dionisio para explicarlo.

            “ En esta unión se produce el conocimiento de cosas ignoradas e inefables, de una forma también desconocida e inexplicable que excede la capacidad de nuestro entender y razonar( De Div. Nomínibus, Cf Plá. 3ª)

            San Juan de la Cruz lo dice de  un modo más sistemático y abundante:

            “ En este estado de unión…no se comunica Dios al alma mediante disfraz de visión imaginativa, o semejanza o figura, sino boca a boca, esto es, en esencia pura de Dios en amor, con esencia pura del alma, en amor de Dios “ ( Sub- II. Cap. 16. Nº 19. O.C. B.A.C.)

            El texto de san Juan de la Cruz, contiene , en perfecto resumen los factores de la contemplación que acabamos de explicitar:

                     1.- Ausencia de captación por conceptos y demás facultades cognoscitivas habituales.2.-Captación directa e inmediata por una conciencia alertada, lúcida y en calma.3.-Unión con Dios objeto al que se une la conciencia.4.-Unión afectiva, por amor. 5ª Con efectos de orden cognoscitivo, pues tal unión proporciona saberes: “ En poniéndose delante de Dios, está bebiendo el alma, sabiduría, amor y sabor” ( Ibidem) Y en otro texto, como si jerarquizara los valores y efectos de la contemplación: «Nunca da Dios sabiduría mística, sin amor, pues el mismo amor la infunde” ( ibidem 223)

            Este es el fenómeno de la experiencia de Dios en la oración contemplativa, en San Juan de Ávila.

            En la descripción del mismo han vuelto a aparecer las cualidades que dijimos son típicas y exclusivas de la experiencia religiosa : El del trascendimiento y el de plenitud.

            Estas dos notas están presentes en todos los fenómenos de experiencia de Dios y aunque haya diferencias en la forma e intensidad de los mismos su presencia determina el dato y hecho humano de los fenómenos de “experiencia religiosa de Dios.”

           El sentimiento del transcendimiento se vivencia como es el sacado de si y del orden natural en el que una persona está situada,para colocarse en un ámbito nuevo, completamente otro.

           La vivencia de plenitud conlleva una situación en la que la persona ha alcanzado un bien que del todo le satisface hasta el punto de no necesitar nada más, esta vivencia suele ir acompañada por una especie de hastío de todo lo que no es el bien que le plenifica.

 SAN JUAN DE ÁVILA. ¿ EL GRECO?          

               Terminamos este tema con unas palabras de Juan de Ávila,dirigidas a Santa Teresa en una carta respuesta a la que le escribió la santa doctora:

            “ No tienen razón los que por esto descreen estas cosas, por ser muy altas, y parece no creíble abajarse una Majestad infinita a una  comunicación tan amorosa con una criatura. Escrito está que Dios es amor, y si amor es amor y bondad infinita, y de tal amor y bondad no hay que maravillarse que haga tales excesos de amor, que turben a los que no le conocen. Y aunque muchos le conozcan por fe, mas la experiencia particular del amoroso y más que amoroso trato de Dios con quien Ël quiere, si no se tiene, no se podrá entender al punto donde llega esta comunicación”( Carta 158).

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