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DIOS EN LA FILOSOFÍA DE DESCARTES.

            El título del tema nos orienta sobre el propósito del mismo. Como en el resto de los filósofos  anteriormente estudiados nos centramos sobre la idea que de Dios  tiene el  filósofo, dejando de lado el  resto de su filosofía, excepto aquella necesaria para la exposición de su teología, comenzaremos  con una  reseña de su vida y de su de su obra, terminando por hablar de Dios en el pensamien to de Descartes siguiendo el siguiente esquema.

1.- Reseña biográfica.

2.- Obras.

3.- Dios en la filosofía de Descartes.

4.-El influjo de Descartes en la historia de la filosofía.

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COLEGIO DE LA FLÉCHE EN UN GRABADO DEL SIGLO XVII.

1.-RESEÑA BIOGRÁFICA.

 Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, en la Turena francesa. Pertenecía a una familia de la baja nobleza, siendo su padre, Joachin Descartes, Consejero en el Parlamento de Bretaña. La temprana muerte de su madre, Jeanne Brochard, pocos meses después de su nacimiento, le llevará a ser criado en casa de su abuela materna, a cargo de una nodriza a la que permanecerá ligado toda su vida.

 Posteriormente hará sus estudios en el colegio de los jesuitas de La Flèche, hasta los dieciséis años, estudiando luego Derecho en la Universidad de Poitiers. Según la propia confesión de Descartes, tanto en el Discurso del método como en las Meditaciones, las enseñanzas del colegio le decepcionaron, debido a las numerosas lagunas que presentaban los saberes recibidos, a excepción de las matemáticas, en donde veía la posibilidad de encontrar un verdadero saber.

      VIAJANDO POR EL MUNDO.

Terminados sus estudios Descartes comienza un período de viajes, apartándose de las aulas, convencido de no poder encontrar en ellas el verdadero saber:

            «Por ello, tan pronto como la edad me permitió salir de la sujeción de mis preceptores, abandoné completamente el estudio de las letras. Y, tomando la decisión de no buscar otra ciencia que la que pudiera hallar en mí mismo o en el gran libro del mundo, dediqué el resto de mi juventud a viajar, a conocer cortes y ejércitos, a tratar con gentes de diversos temperamentos y condiciones, a recoger diferentes experiencias, a ponerme a mí mismo a prueba en las ocasiones que la fortuna me deparaba, y a hacer siempre tal reflexión sobre las cosas que se me presentaban, que pudiese obtener algún provecho de ellas.» (Discurso del método)

            Después de sus estudios opta, pues, por la carrera de las armas y se enrola en 1618, en Holanda, en las tropas de Maurice de Nassau, príncipe de Orange. Allí conocerá a un joven científico, Isaac Beeckman, para quien escribe pequeños trabajos de física, como «Sobre la presión del agua en un vaso« y «Sobre la caída de una piedra en el vacío», así como un compendio de música.

            Durante varios años mantienen una intensa y estrecha amistad, ejerciendo Beeckman una influencia decisiva sobre Descartes, sobre todo en la concepción de una física matemática, en la que había sido instruido por Beeckman. Continúa posteriormente sus investigaciones en geometría, álgebra y mecánica, orientado hacia la búsqueda de un método «científico» y universal.

La ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca

 CAPITAL DE DINAMARCA.     

En 1619 abandona Holanda y se instala en Dinamarca, y luego en Alemania, asistiendo a la coronación del emperador Fernando en Frankfurt. Se enrola entonces en el ejército del duque Maximiliano de Baviera. Acuartelado cerca de Baviera durante el invierno, pasa su tiempo en una habitación calentada por una estufa, donde elabora su método, fusión de procedimientos lógicos, geométricos y algebraicos.

            De esa época será la concepción de la posibilidad de una matemática universal (la idea de una ciencia universal, de un verdadero saber) y se promete emplearla en renovar toda la ciencia y toda la filosofía.

            La noche del 10 de noviembre de 1619 tiene tres sueños sucesivos que interpreta como un mensaje del cielo para consagrarse a su misión filosófica. La importancia que concede Descartes a estos sueños choca con las características que se le atribuyen ordinariamente a su sistema ( racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata, estarían en la base de su determinación de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la idea de la posibilidad de fundamentar con certeza el conocimiento y, con ello, reconstruir el edificio del saber sobre cimientos firmes y seguros.

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 RENUNCIA A SU CARRERA EN EL EJÉRCITO.     

 Habiéndose dotado con su método de una moral provisional, renuncia a su carrera en el ejército. De 1620 a 1628 viaja a través de Europa, residiendo en París entre los años 1625-28, dedicando su tiempo a las relaciones sociales y al estudio, entablando amistad con el cardenal Bérulle, quien le animará a desarrollar sus teorías en afinidad con el catolicismo.

            Durante este período se ejercita en su método, se libera de los prejuicios, acumula experiencias y elabora múltiples trabajos descubriendo especialmente en 1626 la ley de refracción de los rayos luminosos.

            También en esta época redacta las «Reglas para la dirección del espíritu», obra inacabada que expone lo esencial de su método.

            En 1628 se retira a Holanda para trabajar en paz. Permanecerá allí veinte años, cambiando a menudo de residencia, completamente ocupado en su tarea filosófica.

Comienza por componer un pequeño tratado de metafísica sobre el alma y Dios del que se dice satisfecho y que debe servir a la vez de arma contra el ateísmo y de fundamento de la física. Dicho tratado contendría ya las ideas fundamentales de lo que serían posteriormente las «Meditaciones metafísicas«, según algunos estudiosos del cartesianismo, opinión no compartida por otros, que creen demasiado temprana la fecha como para que Descartes estuviese ya en posesión de su metafísica.

            Interrumpe la elaboración de dicho tratado para escribir en 1629 un «Tratado del mundo y de la luz« que acaba en 1633 y que contiene su física, de carácter mecanicista. Pero, habiendo conocido por azar la condena de Galileo por haber sostenido el movimiento de la tierra (que también sostenía Descartes), renuncia a publicar su trabajo.

Para difundir su doctrina mientras tanto publica resúmenes de su física, precedidos por un prefacio. Es el famoso «Discurso del método», seguido de «La Dióptrica», los «Meteoros» y «La Geometría», que sólo son ensayos de este método (1637).

             El éxito le conduce a dedicarse completamente a la filosofía. Publica en 1641, en latín, la «Meditaciones sobre la filosofía primera«, más conocida como Las Meditaciones metafísicas, que somete previamente a los grandes espíritus de la época (Mersenne, Gassendi, Arnauld, Hobbes…) cuyas objeciones seguidas de respuestas serán publicadas al mismo tiempo.

            En 1640 muere su hija Francine, nacida en 1635, fruto de la relación amorosa mantenida con una sirvienta. En 1644 publica en latín los «Principios de la filosofía». La publicación de estas obras le proporciona a Descartes el reconocimiento público, pero también es la causa de numerosas disputas.

            En 1643 conoce a Elizabeth de Bohemia, hija del elector palatino destronado y exiliado en Holanda. La princesa lo adopta como director de conciencia, de donde surgirá una abundante correspondencia en la que Descartes profundiza sobre la moral y sobre sus opiniones políticas y que le conducen en 1649 a la publicación de «Las pasiones del alma«, más conocida como el Tratado de las pasiones, que será la última obra publicada en vida del autor y supervisada por él.

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LA REINA CRISTINA Y SU CORTE ESCUCHANDO A DESCARTES.

            Posteriormente realiza tres viajes a Francia, en 1644, 47 y 48. Será en el curso del segundo cuando conozca a Pascal. Su fama le valdrá la atención de la reina Cristina de Suecia. Es invitado por ella en febrero de 1649 para que le introduzca en su filosofía. Descartes, reticente, parte sin embargo en septiembre para Suecia. El alejamiento, el rigor del invierno, la envidia de los doctos, contraría su estancia.

            La reina le cita en palacio cada mañana a las cinco de la madrugada para recibir sus lecciones. Descartes, de salud frágil y acostumbrado a permanecer escribiendo en la cama hasta media mañana, coge frío y muere de una neumonía en Estocolmo el 11 de febrero de 1650 a la edad de 53 años.

(La obra de referencia sobre la vida de Descartes es la de Adrien Baillet: «Vie de M. Descartes», que se puede consultar en línea en la BNF.)

Discurso del método

PORTADA DE UNA OBRA DE DESCARTES.

2.-SU OBRA.

        En la anterior biografía ha quedado reseñada prácticamente  toda la obra de Descartes, a pesar de ello dedicamos este espacio para darle de una forma más sistemática.

            La obra cartesiana abarca una extensión considerable, si incluimos en ella la abundante correspondencia mantenida a lo largo de su vida y las obras no publicadas por él.

            La edición de referencia de sus obras completas es la realizada por Charles Adam y Paul Tannery de 1897 a 1909 en 11 tomos, con un suplemento añadido en 1913.

            El tomo 12 contiene una vida de Descartes escrita por Charles Adam. La última reedición de estas obras completas data de 1996.

 A) OBRAS PUBLICADAS DURANTE LA VIDA DE DESCARTES

 Año 1637.«Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la Verité dans les sciences. Plus la Dioptrique, le Météores et la Géometrie, qui sont des essais de cette méthode». («Discurso del método», seguido de la «Dióptrica», los «Meteoros» y la «Geometría»), editada en Leyden por Jean Maire.

1641. «Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia», editada por Michel Soly en París. En esta primera edición en latín de las «Meditaciones metafísicas» se incluyen sólo las seis primeras series de objeciones y respuestas.

1642.«Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia«, segunda edición en Amsterdam, a cargo de Louis Elzevier, en las que se incluyen las séptimas objeciones y la carta al P. Dinet.

1643. «Epistola Renati Descartes ad celeberrimum virum D. Gisbertum Voetium», también editada por Louis Elzevier, en la que Descartes responde a un escrito denigratorio editado por Voetius.

1644.«Renati Descartes Principia Philosophiae», primera edición de los «Principios de la filosofía», a cargo de Louis Elzevier en Amsterdam, obra dedicada a Elisabeth de Bohemia.

1644. Edición en latín del «Discurso del método», traducido por Et. de Courcelles y revisado por Descartes, con la «Dióptrica» y los «Meteoros», pero no la «Geometría», (que será editada en latín en 1649 por Schooten en traducción no revisada por Descartes.)

1647. «Les Méditations métaphysiques de René Descartes», traducidas por el duque de Luynes son la primera edición en francés de las «Meditaciones», editadas en París por Veuve Jean Camusat y Pierre Le Petit. Se incluyen las respuestas a las primeras, segundas, terceras, cuartas y sextas objeciones, traducidas por Clerselier. Ambas traducciones fueron revisadas por Descartes

«Les principes de la philosophie«, primera edición en francés, en París, a cargo de Henri Le Gras. La traducción del abate Picot fue revisada por Descartes, quien añade una carta prefacio.

1649.«Les Passions de l’âme«, (más conocida entre nosotros como el «Tratado de las pasiones»), publicada por varios editores: en Holanda por Louis Elzevier y en Francia por Henri Le Gras, entre otros.

 PASCAL Y DESCARTES.

B) OBRAS PUBLICADAS TRAS LA MUERTE DE DESCARTES

El principal editor de Descartes es su cuñado Claude Clerselier. A la muerte de Descartes en Estocolmo el embajador de Francia Hector-Pierre Chanut se hace cargo de sus escritos, que envía a Clerselier, quien procede a editar algunas de sus obras y gran parte de su correspondencia:

 657. «Lettres de Descartes«, editadas por Charles Angot y Henri Le Gras, en París. Un segundo volumen será editado en 1659, con traducciones más o menos afortundas de su correspondencia en latín.

1664. «L’ homme de Descartes» (el Tratado del hombre) y el «Traité de la formation du foetus«, ambas editadas por Charles Angot y Théodore Girard.

1667. «Le Monde», según el texto original, editado por Michel Bobin y Nicolas Le Gras, junto a una nueva edición del Tratado del hombre .

1668. Ediciones del «Tratado de mecánica» y del «Tratado de música», así como de nuevas entregas de la correspondencia cartesiana, a cargo de varios editores.

            El resto de las obras inéditas de Descartes se publicaron esporádicamente a lo largo de los siglos XVIII y XIX, culminando en la edición de sus obras completas por Charles Adam y Paul Tannery entre los años 1897 y 1909, convertida en la obra de referencia de la bibliografía cartesiana

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3.-DIOS EN LA FILOSOFÍA DE DESCARTES.

 3.-1.-Dios clave de todo el sistema cartesiano.

 El papel que Dios desempeña en el sistema cartesiano es de una gran importancia, hasta el punto de que si Dios no existiera no podríamos tener conocimiento cierto de ninguna otra cosa, así lo dice el mismo Descartes :» Y así yo reconozco que la certeza  y la verdad de toda ciencia depende del solo conocimiento del verdadero Dios: De suerte que antes de conocerlo yo no podía saber perfectamente ninguna otra cosa»

 ( Meditación V) «Non modo  de eo eaque certum sum ac de omni alio quod certisimum videtur, sed paeterea animadverto caeterarum rerum certitudinem ita pendere , ut absque eo nihil unquam perfecte sciri possit»( Ibid; AT VII 69)

            La razón de la importancia  que tiene Dios en el sistema cartesiano nace de que no sólo necesita a Dios como garante de la verdad de todas nuestras ideas claras y distintas sino también de todos nuestros juicios y el proceso de la deducción y demostración,» ya que un Dios bueno que en todo busca y procura lo mejor para nosotros  no permitiría que el hombre se engañase  en sus  deducciones y menos aún en la verdad de sus ideas claras y distintas dejándonos a merced de un genio maligno que quisiera engañarnos.»

            De este modo el criterio de verdad que Descartes pone en la evidencia de las ideas  se ve reforzado por este otro criterio el de la bondad de Dios en el hipotético caso de la existencia de un genio maligno superior que desease engañarnos creando en nosotros ideas falsas  innatas y  evidentes.

            Una vez asegurados por la bondad de Dios de la verdad de nuestras ideas claras  y distintas y de las deducciones  y juicios   ya podemos continuar tranquilos construyendo el edificio de nuestros saberes tanto los de la física, como los de la mecánica, la medicina, la geometría etc. con tal de que apliquemos las leyes  propias del método

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   EL CONCEPTO DE PERFECCIÓN INFINITA.          

3.-2.- La idea cartesiana de Dios.

   » Con el nombre de Dios entiendo una sustancia infinita eterna e inmutable, independiente, omnisciente , omnipotente , y por la  cual yo mismo y todas las cosas que existen hemos sido creados y producidos. ( Cf. Meditación II; AT VII, 45; IX 35-36.)

            Tal idea de Dios tiene  su origen en la segunda, la primera es el cogito, idea  innata clara y distinta que  el  hombre, según Descartes, encuentra en el interior  de su conciencia, la idea de ser perfecto e infinito  en esta idea está contenida tanto  la existencia de Dios como su esencia y sus atributos.

            Sobre el origen de la idea de ser perfecto e infinito   Descartes discurre así:  Yo tengo en mi mente la idea de un ser perfecto e infinito. Ahora bien ¿ de dónde puede haberme venido ? 1.- No ha podido venirme de fuera, ni la he podido recibir por los sentidos  porque sabemos que jamás con ellos hemos percibido a Dios. 2.- Tampoco puede ser una creación de mi espíritu,  pues éste no tiene capacidad para crear una idea tan perfecta. Yo soy un ser finito  y no podría tener la idea de una sustancia infinita  a no ser porque esta idea haya sido puesta en mí por alguna sustancia que sea verdaderamente infinita.» 3.- Por consiguiente  esa idea reclama que la misma haya sido puesta en mi por alguien superior a mi, esto es, el mismo Dios Luego es innata y producida desde que fui creado,  junto con la idea de mí mismo«( Meditación III)

            El problema  es si es cierto que tengamos en nosotros una idea adecuada del ser perfecto e infinito por más que Descartes afirme que la idea de infinito no procede de la idea de lo finito sino al revés, la idea de infinito es más simple y anterior a la de ser finito.  De  ser así lo que podría deducirse para nosotros es la falta de transcendencia en  Dios , cuya idea en nosotros sería similar a la que Dios tiene de sí  elevando la capacidad de nuestra mente a un rango divino

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JUEGO DE NIÑOS DE PIETER BRUEGHEL EL VIEJO.

 3.-3.- Las pruebas de la existencia de Dios.

 Tres son las pruebas de la existencia de Dios que propone Descartes, las vemos a continuación.

 1.- Por la idea de Dios en sí misma .

 » Proposición primera: La existencia de Dios se conoce por la sola consideración de la  naturaleza de esa idea. Demostración: Decir que algún atributo está contenido en la naturaleza o concepto de una cosa  es lo mismo que decir que ese atributo es verdadero de esa cosa y que puede asegurarse que está en ella. Es así que la existencia necesaria está contenida en la naturaleza o en el concepto de Dios. Luego es verdadero decir que la existencia necesaria está en Dios, o bien que Dios existe. ( Respuestas a las segundas objeciones)

            En otro texto  viene a decir lo mismo con otras palabras :Si examinamos atentamente  la idea de Dios que es tan clara y evidente como la del triángulo, vemos que en la naturaleza y en el concepto de un ser perfecto e infinito está contenida la existencia necesaria, como propiedad y atributo esencial  porque la idea de una cosa no existente no sería la idea de lo perfecto e infinito. ( Cf. Meditación V)

            Expresado de esta forma  el argumento de Descartes se identifica con el de san Anselmo  saltando de la idea a la realidad, pero como Descartes concede a las ideas, claras y evidentes  existencia objetiva por ello la idea de Dios en cuanto ser perfecto e infinito incluye necesariamente su existencia.

            Por otro lado Descartes  cuando habla de que la idea de ser perfecto e infinito  incluye  la existencia  está partiendo de que tal idea nace de una intuición , si de verdad nuestra idea de ser perfecto e infinito, por lo tanto de Dios , naciera de una intuición  del ser divino entonces  sería lógico pensar que la existencia está incluida en la idea porque en Dios esencia y existencia se identifican, pero en verdad no tenemos ninguna prueba de la existencia en nosotros de tal idea nacida de una intuición directa de Dios

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 2.- Por la causa de mi idea de lo perfecto e infinito.

La existencia en nosotros de la idea de lo perfecto e infinito, está exigiendo la existencia de una causa capaz de originar en nosotros la existencia de tal idea  porque  la misma no puede nacer de nosotros mismos que ni somos perfectos ni somos infinitos, por lo mismo incapaces de crear tal idea. Luego tiene que existir Dios creador y causa en nosotros de la idea de lo  perfecto e infinito.

            Como se ve en esta argumentación no parte del análisis de la idea de lo perfecto e infinito, sino de la  existencia de una causa capaz de producir tal idea.

            En realidad  Descartes está dando siempre por  sentado de que tenemos en nosotros  la idea de Dios en cuanto ser perfecto e infinito,  cuando en realidad nosotros no tenemos una idea directa y adecuada de perfección infinita

Ateismo para Cristianos.: Pruebas de la Inexistencia de Dios. Prueba 3. Lo  perfecto no produce lo imperfecto.

 3.-Dios , causa perfecta de mi ser imperfecto.

Esta prueba la presenta Descartes de varias formas, nos fijamos en una de ellas que dice así:

 » Yo que existo y que soy una cosa que piensa y que tengo la idea de Dios¿ podría existir en el caso  de que no hubiera Dios? ¿ De dónde procede mi existencia? Tiene que provenir de mi mismo, de mis padres, de otras causas menos perfectas que Dios, o del mismo Dios.

            De mí mismo , no. Porque si yo fuera la causa de mi ser , me habría dado todas las perfecciones de las cuales tengo idea y que vemos contenida en la idea de Dios. Pero aunque tengo idea de todas las perfecciones el hecho es que soy imperfecto.

            De mis padres ni de otras causas menos perfectas que, Dios tampoco. Porque una de dos: esas causas tienen su origen y su existencia en sí mismas  o en otras causas. Si las tienen en sí mismas , son Dios. Si no las tienen en sí mismas hay que seguir ascendiendo en el orden de las causas . Pero no puede darse progreso  hasta el infinito.

             Luego hay que llegar a una causa que tenga la existencia por sí misma . Y así es necesario concluir que por el hecho de que yo existo y que tengo la idea de un ser soberanamente perfecto , está demostrada con la misma evidencia la existencia de Dios«( Cf. Meditación  3ª)

            En realidad este argumento no necesita se destaque la idea de que tengo en mi el concepto  de un ser soberanamente perfecto, basta con mostrar que yo existo  y que  no poseo en mi la razón de mi existencia, es decir que soy un ser contingente y que la existencia de seres contingentes está exigiendo la existencia de un ser necesario que tenga en sí mismo la razón de su existencia, pues si todos los seres fuesen contingentes no existiría nada

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   SOY  UN SER QUE EXISTO PENSANDO.

4.- EL INFLUJO DE DESCARTES EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA.

Descartes durante su vida se vio precisado a defenderse  de diversas objeciones a su  pensamiento y sistema.  A algunas de ellas contestó el mismo  y han quedado  reflejadas en sus escritos como Respuestas a las primeras, segundas , terceras, cuartas … objeciones

            Con independencia de estas objeciones y hasta con relación al valor filosófico de las especulaciones cartesianas que si se consideran en su conjunto son en cierto sentido decepcionantes,  es necesario afirmar que Descartes aparece como el padre de la filosofía moderna. El padre del pensamiento moderno. Con él comienza a tener primacía el sujeto sobre el objeto. Esta es la base del influjo de Descartes .

            Más  que tesis concretas que poco a poco irán siendo eliminadas  por sus mismos partidarios, lo que importa  es su espíritu , su actitud en la que rompe con el pasado para enfrentarse  con solas sus fuerzas a la construcción de un saber abierto en su totalidad al porvenir La especulación  filosófica quedará marcada  en la dirección señalada  por el cartesianismo que hace  del hombre y de su conciencia  el principio del que es necesario partir para el conocimiento  de Dios, del hombre y del mundo.

BIBLIOGRAFIA.. Guillermo Fraile: Historia de la Filosofía. Renato Descartes.T.III . BAC, Madrid. 1978. Emile Brehier Historia de la Filosofia…T.II Ed. Sudamericana . Buenos Aires 1962. Ferrater Mora: Diccionario de Filosofía. Descartes. . T.II. Ed. Sudamericana..Argentina 1965. Hans Küng ¿ Existe Dios ? Pienso Luego Existo Rene Descartes Cap I.Ediciones Cristiandad   Cuarta edición. Madrid 1979.ArtigasRamirez J Descartes y la formación del hombre moderno, Madrid CSIC Instituto san José de Calasanz , 1951.

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